Santiago (Chile), 1924 – 1996
Por Flávio Aguiar
Parodiar tipos sociales es un lugar común en la literatura latinoamericana, y ha encontrado en algunas obras una expresión original. Fue el caso del escritor chileno, profesor y redactor de la revista Ercilla, que hizo esfuerzos innovadores desde sus primeras publicaciones (Este domingo, 1966), alejándose de la narrativa densa y violenta de escritores como Carlos Droguett.
Convivió con varias culturas, lo que contribuyó a la diversificación incluso formal de su obra, lo cual puede verse, por ejemplo, en la novela erótica La misteriosa desaparición de la marquesita de Loria (1980). En 1996 publicó Conjeturas sobre la memoria de mi tribu, libro de memorias familiares en el que exploró datos de la vida del escritor Juan Emar. Los cuentos, que no se alinean en ninguna escuela literaria, exponen una mordaz percepción de la sociedad burguesa chilena, con personajes que intentan rebelarse contra las convenciones, pero que, sin éxito, caen en la inercia. Otras obras: El obsceno pájaro de la noche (1970), Casa de campo (1978) y La desesperanza (1986).
Conteúdo atualizado em 05/07/2017 21:46