Nueva York (Estados Unidos), 1936
Por Ángel G. Quintero Rivera
Eddie Palmieri, nuyorican, inició su vida musical en los años más intensos de la gran migración puertorriqueña a Nueva York. Entre los 14 y 17 años animaba fiestas en la comunidad con un pequeño conjunto, y ya a los 21 años fue reclutado como pianista en la más renombrada big band latina de entonces, la Orquesta de Tito Rodríguez. Por su afán experimental, dos años después abandonó la más prestigiosa institución del establishment musical latino para formar su primer grupo profesional, que bautizó La Perfecta, en evidente alusión a la meticulosidad de su “artesanía”. En ella combinó, como muchos otros músicos de tradición latinocaribeña, los papeles de instrumentista, director, compositor, productor y arreglista. Su hermano mayor –también extraordinario pianista–, Charlie Palmieri (1927-1988), quien pocos años antes le había dado aires nuevos al formato de la charanga (constituyendo, junto al flautista dominicano Johnny Pacheco, La Duboney), bautizó al conjunto de Eddie como una “Trombanga”, por el protagónico papel de los trombones que, desde ese momento, habría de caracterizar al salsero. Los trombonistas eran el judío de Nueva York Barry Rogers y el brasileño João Donato, sustituido luego por el también brasileño José Rodrigues. En 1966, La Perfecta grabó con el vibrafonista de jazz Cal Tjader el LP El sonido nuevo la primera gran fusión de salsa y jazz.
Discurso salsero
En 1969, Eddie Palmieri produjo Justicia, uno de los primeros clásicos de salsa. Contrario al tipo de producción predominante en la música popular, este LP no es una mera recopilación de canciones, sino un discurso hilvanado a lo largo del disco, por lo cual habría que considerarlo un opus. Se inicia con la composición que da título al LP. En ella, Palmieri manifiesta la característica que habría de definir a la salsa: una muy libre combinación de diversos ritmos y formas musicales del Caribe que evocan diversas geografías y tiempos de su compleja historia. En la salsera combinación poliforme y polirrítmica de Justicia predomina la guaracha, uno de los primeros géneros urbanos del Caribe (surgido cuando éste era aún abrumadoramente rural). Desde la comunidad de inmigrantes al más urbano de los mundos posibles, Palmieri inicia su obra Discurso evocando a la más antigua sonoridad urbana de sus antecesores. Sobre esta base sonora, la letra clama, con optimismo, justicia para los puertorriqueños y los niggers.
Como todas las composiciones del LP, esta primera composición incorpora extraordinarias improvisaciones instrumentales –descargas– inspiradas en la mejor tradición del jazz. La descarga de trompetas alude al más conocido bolero social del más célebre compositor popular puertorriqueño anterior a la salsa, el “Lamento borincano” que compuso el jibarito Rafael Hernández en 1929 (en plena Depresión), mientras vivía como trabajador emigrante en Nueva York. Luego, el LP va entrelazando músicas latinocaribeñas tradicionales y las nuevas sonoridades del jazz latino con música barrial negra norteamericana, combinando una enorme heterogeneidad de formas, estilos, tempos y ritmos. A las composiciones, Palmieri incorporó interludios de la canción “Somewhere” del musical West Side Story de Leonard Bernstein. Luego del primer interludio, la segunda canción es un bolero de Rafael Hernández, “Amor ciego” que, como acostumbra este género, trata el tema de la separación. La canción tendría poco interés si no fuera por la manera en que Palmieri salpica una sonoridad tradicional con frecuentes acordes disonantes avant-garde y por sus descargas llenas de novedad. La tercera canción alude a otro tipo de sonoridad tradicional caribeña: una guajira del cubano Ignacio Piñero, y después del segundo interludio, el LP va en dirección a lo moderno con “My spiritual Indian”, una composición de Palmieri alusiva a los primeros siglos de conformación del Caribe. Es toda una descarga instrumental que evoca el encuentro entre amerindios y negros escapados de la esclavitud. En la composición hay una interesante combinación de escalas identificadas con la sonoridad indígena y los ritmos afrocaribeños. Las armonías modernas e improvisaciones la señalan como una composición pionera del jazz latino.
La segunda cara del LP abre con una canción de Palmieri en inglés inspirada en el hip-hop de los barrios negros nuyoricans, que elabora el tema de la justicia con el cual se había iniciado en español la otra cara. Palmieri compuso en español todas las canciones que por su base afrocaribeña se identifican como salsas. La canción “Everything is everything” es en inglés por tratarse de música negra norteamericana. (La otra canción en inglés de este LP es “Somewhere” que, en el West Side Story original, cantan a dúo un descendiente de italianos y una descendiente de puertorriqueños.) Es desde la sonoridad barrial del gueto enriquecida por el jazz (la sonoridad que trascendió desde allí), desde donde Palmieri imprime en la letra una amplitud “tercermundista” a los reclamos boricuas por justicia social y su utopía de una nueva forma solidaria de vida.
Después de otro interludio que va anunciando el “Somewhere” final, la orquesta se lanza a una larga descarga colmada de complejas polirritmias bebop del más avanzado jazz de ese momento, “Verdict on Judge Street”, compuesta también por Palmieri. Y, trasformando con modulaciones de jazz y con un marcado acento puertorriqueño la famosa moderna utopía romántica cimarrona del musical, el disco concluye añorando la más general y, a su vez, más concreta de las utopías, un lugar y un tiempo para vivir: Somewhere a place for us, someday a time for us…
Premios
Desde entonces hasta hoy, Palmieri ha estado produciendo excelentes trabajos tanto de salsa como de jazz. Cuando el Grammy instituyó el premio latino, Palmieri lo recibió por dos años consecutivos –1975 y 1976– y ha sido premiado cinco veces más, habiendo sido nominado en diez ocasiones. A finales de siglo, el Grammy instituyó una nueva categoría de premio latino –Latin jazz–, para la cual Palmieri ha sido nominado ya en dos ocasiones adicionales. Su disco Vortex (1996), en el que toca el “Minueto en Sol”, de Beethoven, en jazz latino, es una de las mejores producciones musicales latinoamericanas de todos los tiempos. En 2006 ganó un Grammy más por el álbum Listen Here y, el año siguiente, otro Grammy por el disco Simpático. En 2013 recibió el premio más prestigoso del jazz norteamericano, el NEA Jazz Master, y, en septiembre del mismo año, lanzó el álbum Sabiduría.
Conteúdo atualizado em 13/05/2017 09:36