En esta tercera década del milenio, frente a nuevos horizontes y dinámicas locales, regionales y también globales, el recrudecimiento de conflictos explícitos o difusos señala una posible multipolaridad que, en muchos sentidos, resulta deseable. Si el fin de la Guerra Fría y el colapso del bloque socialista consolidaron el liderazgo de los Estados Unidos como principal polo del capitalismo global, las recientes transformaciones de orden geopolítico, sumadas a crisis globales y locales, han hecho surgir diferentes centros y dinámicas de poder en América Latina, África y Asia, con especial énfasis en el ascenso de China. Este proceso pone en duda las lógicas binarias movilizadas desde la expansión ibérica en la producción de territorios coloniales, que en el siglo XIX habían consolidado su hegemonía con el ascenso de los imperios capitalistas industriales, produciendo nuevos colonialismos.

El espacio urbano ha sido cada vez más un laboratorio de intervenciones y presiones políticas y sociales, una arena de luchas por el reconocimiento y la reivindicación de derechos, como el derecho a la vivienda, al espacio público, a la libre circulación o, incluso, el derecho básico a la existencia. Las ciudades son, al mismo tiempo, lugares de anhelo por mejores condiciones de vida para poblaciones cada vez más numerosas y uno de los principales activos del capital rentista, tanto en la elaboración de políticas públicas como en la producción de dinámicas sociales excluyentes. La expansión del modo de vida urbano configura otro paradoja, entre la urbanización difusa y la permanencia de las ciudades y las metrópolis como espacios preferenciales de disputa de poder.

Reconociendo estas transformaciones en curso en el mundo contemporáneo, el 4º CIHU: Territorios Ibero-Americanos en un Mundo Multipolar plantea la siguiente reflexión: ¿qué cuestiones, tiempos históricos y transformaciones han sido objeto de la historia urbana iberoamericana? ¿Cuáles son los borramientos más evidentes en la historiografía? ¿En qué medida las asimetrías de poder han constituido y siguen constituyendo las aproximaciones historiográficas? O bien, ¿qué historiografías se han propuesto superar estas asimetrías y cuáles aceptan el desafío que plantean los procesos recientes? La propuesta es debatir y cuestionar los procesos que constituyeron y siguen constituyendo los territorios iberoamericanos, y que, frente a un nuevo horizonte para el orden mundial, tienen la oportunidad de repensar sus historias y sus roles en el futuro del planeta, con el objetivo de imaginar y construir un mundo menos jerárquico y más igualitario.