Buenos Aires (Argentina), 1924 – 1978

Por Luiz Felipe Alves de Miranda

Importante realizador argentino y miembro de una familia de cineastas. Su padre, Leopoldo Torre Ríos (1899-1960), fue director de películas mudas y sonoras entre 1923 y 1959. Sus hijos, Javier y Pablo Torre, también son directores de cine desde los años 1980 y 1990. Su mujer, la dramaturga y escritora Beatriz Guido, fue su guionista y habitual colaboradora. Premiado director de dramas y adaptaciones literarias de obras de autores como Jorge Luis Borges, Beatriz Guido, Roberto Arlt, Manuel Puig y Adolfo Bioy Casares, hizo sus dos primeros largometrajes con su padre: El crimen de Oribe (1949) y El hijo del crack (1952). Continuó su carrera de director solista con Días de odio y La tigra (1953). En 1955 filmó Para vestir santos y Graciela. En 1956, El protegido y La casa del ángel. Mantuvo su promedio anual de dos largometrajes, en 1958 con El secuestrador y La caída; en 1960 dirigió Fin de fiesta y Un guapo del 900, y, en 1961, dirigió La mano en la trampa y Piel de verano. En 1962 lanzó Setenta veces siete, Homenaje a la hora de la siesta y La terraza. En 1964 reapareció con otras dos películas, Once upon a tractor/El tractor y El ojo que espía. Datan de 1966 La chica del lunes y Los traidores de San Ángel. Dirigió también Martín Fierro (1968), El santo de la espada (1969), Güemes, la tierra en armas y La maffia (1971) y Los siete locos (1973). Sus cuatro últimos filmes fueron Boquitas pintadas y El Pibe Cabeza (1974), La guerra del cerdo y Piedra libre (1975).

Conteúdo atualizado em 11/05/2017 17:42