MAS

MAS

Movimiento al Socialismo, Partido Político Boliviano

Por Álvaro García Linera

El Movimiento al Socialismo (MAS) es una organización político-electoral liderada por el indígena Evo Morales. Fundado en un principio bajo el nombre de Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP), de acuerdo con la resolución del Congreso Nacional sobre Tierra y Territorio de varias confederaciones de comunidades y sindicatos campesinos, dicha organización comenzó a participar localmente de las elecciones municipales en 1995 y alcanzó una importancia significativa en los municipios del Chapare, lugar de fuerte presencia de sindicatos de los productores de hoja de coca.

En las elecciones nacionales de 1997, el “instrumento político” participó de una alianza con antiguas organizaciones de izquierda bajo la sigla Izquierda Unida (IU), y con ella logró el apoyo del 3,4% del electorado, principalmente en las zonas rurales de la provincia de Cochabamba, tanto en la región tropical como en las áreas de los valles interandinos.

Ya en las elecciones municipales de 1999, el “instrumento político” participó con su actual nombre (MAS); obtuvo el 3,3% de los votos y consiguió el control de media docena de alcaldías, lo que le permitió reunir una estructura de gestión local fuertemente vinculada con las federaciones y comunidades campesinas.

Sobre esa base y con la posibilidad de transformar la adhesión sindical indígena-campesina en votos, en 2002 el MAS canalizó el ascenso sociopolítico de los movimientos sociales iniciados con la “guerra del agua” en resultados parlamentarios, llegando a acumular el 19,4% del total de la votación nacional, con una diferencia de alrededor de 40.000 votos menos con respecto al partido vencedor, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que logró llegar al gobierno.

La presencia del MAS en el Parlamento (35 bancas), sumada a la de otro partido de corte indígena radical (Movimiento Indígena Pachakuti, MIP), no sólo logró la incorporación más significativa de representantes indígenas en el Congreso en toda la historia de la República, sino que también puso fin a la hegemonía parlamentaria de las tres grandes fuerzas conservadoras (MNR, Movimiento de Izquierda Revolucionaria –MIR– y Acción Democrática Nacional), que venían concentrando la votación mayoritaria durante los últimos veinte años de reformas neoliberales en el país. Además, esa presencia electoral y social de los movimientos y liderazgos indígenas dio lugar al nacimiento de una “nueva izquierda” en el país que, a diferencia de las décadas pasadas, tuvo indígenas como líderes, y sindicatos y comunidades indígenas como base electoral.

En diciembre de 2004, en las elecciones municipales, el MAS se transformó en la principal fuerza electoral con la obtención del 18,5% del total de los votos y la victoria en 101 de los 327 municipios.

El Movimiento al Socialismo, más que un partido político, es una confederación flexible y negociada de movimientos sociales rurales y urbanos que se unifican electoralmente para disputar el control del poder estatal. Ese paso fue posible gracias a la creciente politización de los movimientos sociales en general, y de los indígenas en particular que, después de un proceso de acumulación de fuerzas de treinta años, comenzaron a trazar objetivos de autorrepresentación política y de control de gestión estatal para llevar adelante cambios estructurales en el ámbito económico y político del país. A su manera, el MAS resume una memoria de largo alcance del movimiento popular boliviano en la búsqueda de un cogobierno en los niveles decisorios del Estado.

La constitución de “instrumentos políticos” se concibió como la prolongación electoral de las acciones de los movimientos sociales que, de esta manera, les ha permitido transformar la capacidad de organización y disciplina en capital político electoral, con enorme éxito en las zonas rurales y suburbanas.

Esa subordinación del “instrumento político” electoral a las organizaciones sociales garantizó que, en las zonas de fuerte implementación de los sindicatos agrarios, los candidatos parlamentarios fuesen elegidos en asambleas de las federaciones campesinas, así como también que intendentes, concejales y diputados rindiesen periódicamente cuentas de sus acciones ante la misma asamblea de las federaciones, la cual, casi siempre, les imponía sanciones a sus representantes.

Sin embargo, esa relación no necesariamente se repitió en otras partes del país. De hecho, después de varios años de gestión parlamentaria, el éxito electoral y la importancia política del MAS llevaron a la formación cada vez mayor de un espacio de funcionarios políticos, relativamente profesionalizados que, junto con la brigada parlamentaria que ocupa funciones de poder y decisión, están creando, de manera previsible, una estructura partidaria que puede ser llamada estrictamente de funciones, cargos, jerarquías, poderes políticos, tiempos y urgencias legislativas con amplia autonomía en relación con la estructura sindical del MAS.

Es por eso que se puede hablar de una lenta formación de dos estructuras organizativas en el MAS: la sindical-comunitaria y la parlamentaria. Formalmente, la estructura parlamentaria está subordinada a la sindical, pero en la práctica y por las características de sus competencias legislativas, ello no siempre es así, por lo que se generan tensiones y diferencias entre los componentes de una y otra estructura. Años atrás, esto no representaba un problema pues los diputados también eran dirigentes sociales. Empero, no es lo que sucede actualmente. A excepción de Evo Morales y de algunos otros diputados, no existen eslabones institucionales entre los niveles organizativos del MAS, lo que lleva a la concentración del poder organizativo en la figura de Evo Morales. De ello se desprende que uno de los desafíos del movimiento sea la construcción de niveles intermedios capaces de institucionalizar lazos entre el sector sindical y el parlamentario, además de ampliar, con ello, políticas de adhesión de sectores urbanos medios que no militan en organizaciones sociales.

En cuanto a su ideología, el MAS combina una diversidad de tendencias e identidades de izquierda, articuladas en torno a un discurso indigenista moderado y contra el neoliberalismo. Como proyecto político, el MAS se propone reafirmar la unidad nacional boliviana y el diálogo horizontal entre las diferentes culturas que habitan en el país, aglutinadas alrededor de un liderazgo indígena. En el sector económico hay un discurso de corte nacional-estatal, capaz de permitir una inserción más selectiva en el ámbito de la globalización, además de la pretensión de rescatar las capacidades comunitarias indígenas como fuerzas productivas de una modernidad diferente.

En diciembre de 2005, el MAS conquistó la presidencia de la República con más del 50% de los votos y logró la elección de Evo Morales como el primer líder indígena que adquiere el cargo de presidente de la República de un país del continente, y con Álvaro García Linera como su vicepresidente. El MAS alcanzó la mayoría de escaños en la Cámara de Diputados y casi la mitad en el Senado, además de dos gobiernos provinciales.

En abril del 2015, los líderes del partido analizaban un cuarto mandato para Evo Morales, recién electo presidente por tercera vez consecutiva con el 61,36% de los votos. Sin embargo, Morales les pidió a los liderazgos del MAS que iniciaran un proceso de discusión nacional con el fin de encontrar un candidato que le suceda en las elecciones del 2019.

Celebração do 16° aniversário do MAS, na Bolívia, em março de 2011 (Carwil/Wikimedia Commons)

 

Conteúdo atualizado em 20/05/2017 14:20