Sobre el tema

¿Cómo comprender las modalidades bajo las cuales el trabajo digital, que es mucho más inaprensible, transforma y recompone las normas de empleo? ¿Bajo qué parámetros efectuar la comparación?

Las categorías binarias ligadas al Estado social se han visto socavadas, pero sin embargo continúan estructurando las instituciones del trabajo y las de la protección social. Ante la falta de un consenso sobre una figura post-fordista, las tentativas de adaptación se ven regularmente desbordadas por las nuevas coyunturas (Valdez, 2023; Riesgo, 2023). Estas normas siguen siendo referencias cognitivas, a pesar de su anclaje histórico y geográfico en los países avanzados. Esta limitación dificulta la definición de fenómenos que se desarrollan en contextos periféricos, aunque una lógica analítica y una epistemología de conjunto permitirían una valorización de las recomposiciones en curso.

El desdibujamiento de las fronteras jurídicas entre las figuras canónicas del fordismo (Supiot, 2000) ha puesto de manifiesto innumerables dinámicas de zonas grises desde el centro del trabajo asalariado hasta sus márgenes (Bureau, Corsani, Giraud, Rey, 2019). Este fenómeno adquiere nuevas proporciones con el arribo de las plataformas digitales ya que éstas trastocan la identificación de las responsabilidades, las jerarquías, las lógicas de subordinación y de poder en el contexto del trabajo (Carelli, Cingolani, Kesselman, 2022). Estos desdibujamientos también se encuentran presentes en el Sur, donde el Estado social emergió tardíamente y confirió derechos reales pero frágiles. También es necesario considerar el impacto del trabajo digital sobre la situación de informalidad generalizada en los países del Sur, donde el Estado y los gobiernos locales han alternado entre la represión y el estímulo de las actividades informales en diferentes momentos históricos, y mantienen, al mismo tiempo, relaciones ambiguas con las plataformas.

Comparar estas configuraciones contrastadas permitirá medir de mejor manera las relaciones dinámicas comunes respecto de las normas de empleo, sus regulaciones, y de forma más amplia, de las normas de la ciudadanía, una ciudadanía ligada a la carteira de trabalho en el caso brasileño, sin perder de vista que año tras año la informalidad ha afectado a la mitad de los trabajadores en Brasil. El avance de las reformas laborales (Francia, 2016 y 2017 y Brasil, 2017, sólo por citar el caso de estos dos países), y la consecutiva erosión de los derechos de los trabajadores, ha contribuido a una explosión de trabajadores independientes, de emprendedores que se han convertido en la mano de obra cautiva de las plataformas, las cuales se presentan como creadoras de “empleo”. En los países del Sur se ha asistido a una naturalización y recomposición de la informalidad disfrazadas bajo las nuevas formas del emprendedorismo, es decir, “ser su propio empresario”, y el trabajo flexible (Lima, Bridi, 2019; Lima, Oliveira, 2022).

Zonas grises también emergen también de otras fuentes distintas al deterioro de los marcos  institucionales del trabajo asalariado, con dimensiones diferentes en el Sur y en el Norte. La epistemología del modelo económico de las plataformas toma como punto de partida la organización descentralizada del trabajo biface que ellas organizan entre distintas clientelas. La gestión algorítmica y triangular –plataforma, cliente, prestador del servicios– genera una multitud de fuerzas centrífugas dentro de los ecosistemas que organizan la desvinculación del trabajo respecto al empleo y a las formas de protección social que le están vinculadas. De esta forma, las plataformas se liberan de la regulación pública en los países del Norte y de las formas de regulación de las relaciones laborales en los países del Sur (Dieuaide, 2024; Dieuaide, Azaïs, 2020; Minassian, 2011; Kiesling, 2018). Las plataformas digitales “modernizan”, a su manera, las relaciones del trabajo y conducen a su recomposición.

Con la creación de los departamentos de gestión pública en su seno, las plataformas digitales se han convertido en “rule makers” con la intensión de imponer una “tercera figura de trabajador de aplicación digital”, bajo formas específicas en cada país (Azaïs, Dieuaide, Kesselman, 2017). Estas estrategias desdibujan los mapas cognitivos y contribuyen a alimentar las zonas grises del trabajo y del empleo.

¿Cuál es el horizonte para la emancipación?

¿Podemos afirmar que este conjunto de fenómenos se inscribe en el advenimiento de un “capitalismo de plataformas” (Leite, del Bono, Lima, 2023; Srnicek, 2016; Abdelnour, Bernard, 2018) o de la “economía gig” (Huws, Spencer, Syrdal, Holts, 2017; Vallas, Schor, 2020) basada en trabajos flexibles y esporádicos? En todos los casos, la definición y la naturaleza de los fenómenos escapan a toda regulación global. La pregunta fundamental sigue siendo: ¿se trata de una continuidad o una ruptura con la sociedad salarial y el Estado providencia (Carelli, Dieuaide, Kesselman, 2022)? ¿Asistimos a un nuevo modo de producción? ¿Existe una “meta-categoría”, como el digital labor o los “trabajadores de plataformas” o especificidades propias entre las distintas figuras (Brodersen, Dufresne, Joukovsky, Vitali 2024; Casilli, 2019)? ¿Las mutaciones del trabajo de plataforma y su carácter “ambivalente” son comparables entre el Norte y el Sur? (Rizek, 2023; Abílio, 2020; Flichy, 2019). En suma, ¿la “cuarta revolución industrial” no es sólo una noción centrada en Occidente (Leterme, 2019)? ¿Qué ocurre con el rol impulsor de las finanzas y las crisis sucesivas (Sauviat, 2019)? ¿La difusión de la movilización del trabajo a través de las plataformas digitales multinacionales es suficiente para crear las condiciones de una verdadera mundialización del mercado de trabajo? Si no es así, ¿cuáles serían las condiciones? ¿La emancipación a través del trabajo y el empleo, en el Norte y en el Sur y entre ellos, sigue siendo un horizonte que moviliza a los trabajadores digitales?

La mayoría de los trabajadores de plataformas especializados en las tareas de delivery o en el transporte de personas son actualmente trabajadores racializados, descendientes de esclavos en Brasil y descendientes de inmigrantes poscoloniales en Francia. Esta realidad estadística ya constatada (Dablanc, Aguilera, Krier, Cognez, Chretien, Louvet, 2022; Santos, Carelli, 2022) se articula con representaciones racializadas del trabajo de plataforma asociadas a empleos precarios y anclados en las jerarquías más baja de la escala de empleos (Van Doorn, Ferrari, Graham, 2023). ¿De qué forma deriva esta racialización de la tensión operada por el capitalismo racial de plataformas (Marchadour, 2024, Gebrial, 2022; Bernard, 2023)? Esta perspectiva abre un debate a partir de los márgenes sobre la naturaleza misma de las plataformas en el capitalismo. El enfoque desarrollado por Santos (2022: 16) en términos de “áreas duras” y “áreas blandas” que “estructuran las ‘fronteras invisibles’ en el espacio social de las relaciones sociales y que se oponen a través de coerciones a individuos o grupos no deseados en determinados espacios y contextos”, lo que recuerda la noción de zona gris de Minassian (2011).

¿Qué herramientas de análisis?

Nos interesan las herramientas que nos permiten aprehender la justa medida de las transformaciones y las recomposiciones del trabajo y del empleo, inscriptas en la tradición del desarrollo de las plataformas digitales, y proponemos comparar las experiencias arraigadas en el Norte y en el Sur. ¿Cuáles son las intersecciones y los límites de la transposición de nociones preconcebidas y eurocéntricas como el trabajo asalariado y la subordinación jurídica, las concepciones binarias de formalidad e informalidad (Archambault, Greffe, 1984), el empresariado, la ciudadanía, la nación etc.? ¿Cuáles son los términos del “descentramiento” de la comparación, qué referencias es necesario establecer para estudiar las similitudes y diferencias dentro de una visión de conjunto (Giraud, Lallement, 2022)? ¿Existen circulaciones para identificar en el Sur, como la aceleración de la informalidad en el Norte a raíz de las experimentaciones por medio de las plataformas de sus modelos económicos y tecnológicos en marcos de regulación menos coercitivos (Huws, Surie, 2023)? Si la adaptación a las restricciones locales se encuentran en el centro de los nuevos modelos de negocio (business models), ¿qué herramientas conceptuales permiten restituir las “alteridades contextuales y las causalidades endógenas” de su recepción y de sus evoluciones en los países del Sur (Soussi, Sadik, 2020)? En resumen, ¿cómo dar cuenta de la tensión entre lo micro y lo macro y, de forma más general, de la definición de las escalas de análisis? Y ¿cómo estas categorías utilizadas –tanto por los actores como por los investigadores– se inscriben y toman sentido en esas escalas?

La renovación de los paradigmas aplicados al trabajo a través de las plataformas requiere de una reflexión sobre el significado geográfico y simbólico de territorios físicos y virtuales. Se trata de una cuestión clave si el interés está colocado en el análisis de las location-based platforms, como es el caso que nos compete. La comparación a escala global de microcasos situados espacialmente pretende evitar el riesgo de esencialización del juego de escalas, de un macro “Centro” reflejado a través de la “Periferia”, y de una escala micro que encerraría la “agencia” de los actores en un espacio local, desvinculado de las relaciones que se construyen a lo largo del tiempo (De Vito, 2019). Si los casos están situados en sus diversas formas de territorialidad y pluralidad de anclajes, el terreno privilegiado de nuestro estudio sobre los choferes de aplicaciones y los delivery de comidas es la zona metropolitana, que estudiamos por medio de un enfoque “trans-urbano” (Cuppini, Frapporti, 2022). De allí que el espacio urbano se conciba como un terreno de tensiones sobre el cual las plataformas invierten directamente en la esfera pública, transformándola y de esta manera desempeñan un rol en la planificación urbana.

Buscamos identificar las conexiones y circulaciones de objetos, de normas, de regulaciones y de prácticas de trabajo de plataformas que son efectivamente comparables y concebidas en la “globalidad” (Douki, Minard, 2007). ¿Cómo comparar las categorías autóctonas utilizadas por los actores para describir el trabajo, las figuras y el estatus, la remuneración, la protección y los derechos, las relaciones entre trabajadores y los territorios? ¿Cómo se imbrican las nuevas sincronizaciones del tiempo, las temporalidades del trabajo y las actividades de los activos, sus relaciones con los territorios, la “colonización de lo cotidiano” por lo digital que desdibuja las marcas de la vida privada (Cingolani, 2021)? ¿Cuáles son los resultados de los conflictos que llevan a la adhesión o a la resistencia –individual o colectiva– y a las consecuencias de los nuevos modelos (Brugière, Kesselman, Vandewattyne, 2024; Dufresne, Leterme, 2021)? ¿Cuál es el impacto de esas evoluciones sobre las decisiones judiciales en materia de reclasificación de salarios encubiertos y sobre el rol mismo de las instituciones judiciales ante la ausencia o la insuficiencia de regulación del sector de trabajadores de plataformas digitales? En un plano más general, asistimos a una desestabilización, a un desplazamiento o a una instrumentalización de las instituciones por medio de las plataformas. Esta mirada cruzada de experiencias y circulaciones entre el Norte y el Sur apunta a conceptualizar formulaciones y categorías que resulten operantes en la comparación de fenómenos ligados al trabajo de plataformas en una reflexión más general sobre el “futuro del trabajo” (Dujarier, Frayssé, 2024; Herzog, Zimmermann, 2023).


Un análisis a través de las zonas grises

Entre otras epistemologías, utilizamos la herramienta heurística de zonas grises de trabajo y empleo que apunta a objetivar las dinámicas de desarticulación y de recomposición de objetos y figuras de trabajo que están más o menos instituidas y son más o menos estructurantes y cuya duración, profundidad y extensión quedan indeterminadas. La comparación de estos espacios de interacción contextualizados permite subsumir el análisis término a término en una conceptualización más amplia (Kesselman, Soussi 2024; Bureau, Dieuaide, 2018; Bureau, Corsani, Giraud, Rey 2019; Boulin, Kesselman, 2018; Azaïs, Carleial, 2017; Siino, Soussi, 2017).

aNos apoyamos sobre un conjunto de investigaciones que analizan la dinámica de zonas grises en el trabajo digital. En todos los países, las zonas grises constituyen la herramienta heurística privilegiada permitiendo concebir la “inestabilidad institucional” que produce el neoliberalismo y que se agravó con el advenimiento de las plataformas. Este proceso toma en cuenta la resistencia institucional, especialmente la judicial, la cual ha sido regularmente puesta a prueba ya que no ha alcanzado a elaborar una jurisprudencia sobre la cual los tribunales pudieran apoyarse (Carelli, Grillo, Oliveira, 2021). Ciertos Estados participan activamente en la construcción de zonas grises (Lehdonvirta, 2022; Bisom-Rapp, Coiquaud, 2017) a través de dispositivos de autoregulación por medio de las plataformas o la implementación de foros ampliados de diálogo social y regulación colectiva que reconocen nuevos actores de la regulación, como se pudo observar en Francia y en Brasil (Carelli, Kesselman, 2024). Cabe lo mismo para el desplazamiento de las “órdenes y los espacios de regulación” (Dirringer, 2022); las plataformas intentan incorporar estos desplazamientos regulatorios para sus propios beneficios, especialmente al momento de posicionarse como “rule makers” o generadoras de reglas en el espacio público de la regulación (Azaïs, Dieuaide, Kesselman, 2017). Son ellas las que en algunas ocasiones llegan a dictar ciertas políticas públicas al inmiscuirse en lo que era el resorte de los poderes públicos. Concebimos las zonas grises lo más cerca posible de la experiencia del trabajo a partir de su carácter “híbrido” (Murgia, 2023) y “las figuras emergentes en la zona gris” (Azaïs, 2019). Las figuras navegan al interior de un “Informe Social del Trabajo”, un espacio ampliado de relaciones de control, y en las cuales las recomposiciones pueden estar instituidas en las empresas redes, en las cadenas de valor o en la gestión algorítmica por fuera de los marcos institucionales (D’Amours, 2022; D’Amours, Briand, Bellemare, Hanin, Pogliagh, 2023). De esta manera, el enfoque por medio de las zonas grises permite apreciar el grado real de “disrupción” y los modelos de negocios digitales, que equilibran la retórica ideológica y catastrofista proveniente de todos los sectores (Berins, Collier, Dubal, Carter, 2018).  

Por último, las preguntas que conforman la estructura temática de esta conferencia podrían resumirse en la siguiente fórmula: ¿Es necesaria una epistemología específica para el estudio del trabajo digital?