Río Gallegos, 1950 – El Calafate (Argentina), 2010
Por María Seoane
Nacido el 25 de febrero de 1950 en Río Gallegos, capital de la provincia patagónica de Santa Cruz, hijo de Néstor Carlos Kirchner y de María Ostoic, cursó los niveles primario y secundario en escuelas públicas. Desde su adolescencia militó en la Juventud Peronista, movimiento que expresaba el ala izquierda del peronismo. En 1975 contrajo matrimonio con Cristina Fernández, a quien conoció en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata y con quien también compartía la militancia política. En 1976 se graduó de abogado. La brutal represión de la dictadura aceleró su regreso a su provincia natal, donde comenzó a ejercer su profesión. En 1977 nació su primer hijo, Máximo, y en 1990, la segunda, Florencia. Los días de los Kirchner durante la dictadura militar –de 1976 a 1983– transcurrieron en Santa Cruz, donde el matrimonio estableció un estudio de abogacía.
En 1982, cuando la dictadura agonizaba, Kirchner ingresó a la vida pública con un cargo de funcionario provincial, en Río Gallegos. Con el retorno de la democracia, fue nombrado presidente de la Caja de Previsión Social de la ciudad, cargo que ocupó hasta julio de 1984. En 1987 fue elegido intendente de la capital de Santa Cruz, y el éxito de su gestión le abrió las puertas para el gobierno de Santa Cruz, que ejerció desde 1991 hasta 2003, en tres administraciones sucesivas. Cuando Kirchner asumió el gobierno, su provincia estaba inmersa en una grave crisis económica. Su gestión de gobierno impulsó grandes inversiones para estimular la actividad productiva, la contratación de trabajadores y el consumo, con lo que se colocó en las antípodas del modelo neoliberal que estaba siendo aplicado por el presidente Carlos Menem a nivel nacional. Kirchner era un gobernador peronista de centro-izquierda, crítico del neoliberalismo .
En 1990, Kirchner repudió los indultos que ese año Menem concedió a los jefes de la dictadura. Sin embargo, su modo de gobernar no quedó libre de críticas. La oposición lo tachó de populista y autoritario. En 1994 y 1998, por ejemplo, promovió la reforma de la Constitución provincial para permitir la reelección indefinida del gobernador. En 1992 fue elegido secretario de Acción Política del Consejo Nacional del justicialismo y presidente del Consejo Justicialista de Santa Cruz, además de titular de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEHI). En 1994, él y su esposa fueron elegidos convencionales constituyentes para la reforma de la Constitución Nacional, realizada ese año. Dos años después activó la Corriente Peronista, una corriente interna del justicialismo.
En 1998, Kirchner se alineó con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Alberto Duhalde, en la oposición a la política oficial del menemismo y contra las ambiciones de reelección de Menem. Mientras la Argentina asistía a una de las crisis más graves de su historia, durante el gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001), Santa Cruz se encontraba entre las provincias mejor administradas y con menor índice de desempleo del país. Cuando estalló la crisis de diciembre de 2001, en medio de la restricción para la extracción de depósitos bancarios, y también en 2002, con la devaluación del peso, Kirchner jugó una carta fuerte a favor de su provincia: retiró más de 500 millones de dólares del tesoro provincial, provenientes del pago del Estado para la explotación de petróleo, y los depositó en la Reserva Federal de los Estados Unidos y en cuentas bancarias de Suiza y Luxemburgo.
A fines de 2002, cuando comenzó la carrera para suceder a Duhalde, presidente interino designado por la Asamblea Legislativa en enero de ese año, después de la crisis institucional de diciembre del año anterior, varios gobernadores justicialistas entraron en competencia. Entre ellos estaba Kirchner, quien recibió rápidamente el apoyo público de Duhalde. Las elecciones fueron realizadas en abril de 2003 y resultaron atípicas. La mayoría de los candidatos provenía del peronismo, y entre ellos había dos ex presidentes: Menem (1989-1995 y 1995-1999) y Adolfo Rodríguez Saá (22/12 a 30/12/2001). Los candidatos de otros partidos con más posibilidades eran el economista ortodoxo Ricardo López Murphy –ministro de Defensa y de Economía durante el gobierno de la Alianza (1999-2001)– y la ex radical y candidata de la Asociación para una República de Iguales (ARI), Elisa Carrió. En la primera vuelta, los candidatos más votados fueron Menem (24%) y Kirchner (22%). En seguida comenzaron los preparativos para la segunda vuelta que, más que una elección presidencial, parecía una elección interna del justicialismo. Pero Menem –que según las encuestas perdería por más del 70% de los votos– renunció a la disputa. De ese modo, Kirchner –con Daniel Scioli como vicepresidente– fue consagrado presidente con el menor porcentaje de votos de la historia argentina.
Como presidente de los argentinos, Kirchner –que asumió el gobierno en mayo de 2003– impuso un estilo de gobierno propio que en muchas oportunidades desconoce protocolos. Su gestión en materia de derechos humanos ha sido hasta el momento la más revolucionaria de la historia del país. El 24 de marzo de 2004, cuando se conmemoraba el 28.o año del golpe de Estado, anunció la creación de un Museo de la Memoria en el predio que hasta ese momento pertenecía a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y en el cual funcionó el campo de concentración más emblemático de la dictadura, además de ordenar el retiro de allí de los retratos de los dictadores de las escuelas militares.
En materia económica –al mando de Roberto Lavagna–, su administración determinó una especie de neokeynesianismo para reactivar la economía y otorgar al país un perfil productivo. De hecho, la Argentina creció cerca del 8% al año durante 2003 y 2004. El problema de la distribución de la riqueza (existen casi 45 pobres por cada rico), el índice de desempleo de cerca del 15% y la monumental deuda externa y la consecuente declaración de default heredados por Kirchner eran, hasta el comienzo de 2005, los temas más delicados de su gestión.
Kirchner posicionó a la Argentina como país de peso en las negociaciones con los organismos multilaterales de crédito. Al mismo tempo, expresó una férrea defensa del Mercosur, así como de las alianzas estratégicas con otros países de América Latina. En 2004 ya había alcanzado el récord de, en casi treinta años, ser el presidente con el mayor y más permanente porcentaje de opiniones positivas de los argentinos sobre su gestión. Le sucedió su esposa Cristina, electa presidenta en 2007, en la primera vuelta.
Kirchner murió de um ataque al corazón en 27 de octubre de 2010, en su casa de vacaciones en El Calafate, provincia de Santa Cruz, su cuna política.
Conteúdo atualizado em 06/04/2017 11:46