Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, integrante del sistema americano de seguridad
Por Paula Lucía Aguilar
Conocido también como Pacto o Tratado de Río de Janeiro, el TIAR se firmó el 2 de septiembre de 1947 en el marco de la Tercera Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores realizada en Petrópolis (Estado de Río de Janeiro), Brasil. Entró en vigencia el 12 de marzo de 1948, instaurando las bases del sistema americano de seguridad, también integrado por la Junta Interamericana de Defensa (JID), fundada en 1942, y por la Organización de los Estados Americanos (OEA), creada en 1948. Esos tres elementos conforman la principal estructura de seguridad del hemisferio, surgida a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial y de la necesidad de afrontar el reordenamiento internacional en el contexto de la Guerra Fría. El TIAR fue el primer pacto de seguridad de posguerra para la defensa colectiva de varios países y, en ese sentido, es considerado la base conceptual de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), constituida en 1949.
Solidaridad
La seguridad colectiva comenzó a ser considerada en el sistema interamericano en la década de 1930, como resultado de la situación de tensión existente que luego desembocaría en el conflicto mundial. Los principios y procedimientos se establecieron en sucesivas reuniones, y, especialmente, en la VIII Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y de la Paz ( México, 1945). En ésta se destacó la resolución acerca de la “Asistencia Recíproca y Solidaridad Americana”, que recomendaba la celebración de un tratado destinado a prevenir y reprimir las amenazas y los actos de agresión contra cualquiera de los países de América, que puede considerarse un antecedente directo del TIAR. Ese tratado responde al concepto de “solidaridad continental” para adoptar medidas de legítima defensa u otras medidas colectivas para la defensa y mantenimiento de la paz y de la seguridad. Sus preceptos fueron retomados por la carta de la OEA en su artículo 29.
El tratado aspira a prevenir y reprimir las amenazas y los actos de agresión contra cualquiera de los países del hemisferio. A través de él, las partes contratantes afirman su voluntad de permanecer unidas en un sistema interamericano. También renuevan sus principios de solidaridad y cooperación y acuerdan que la ayuda mutua debe sustentarse en ideales democráticos y estar sometida a una voluntad permanente de cooperación, cuyo objetivo último es asegurar la paz por todos los medios posibles, proveer ayuda recíproca efectiva para hacer frente a los ataques armados y conjurar las amenazas de agresión contra cualquier Estado americano. En el artículo 3.º se establece textualmente que las partes
convienen que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado americano será considerado un ataque contra todos los Estados americanos, y, en consecuencia, cada una de las dichas Partes Contratantes se compromete a ayudar a afrontar el ataque, en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas reconoce.
No todos los países de América son firmantes del TIAR, y no todos los firmantes se incorporaron en el mismo año. Actualmente, los firmantes son 23: Argentina (1947), Bahamas (1982), Bolivia (1947), Brasil (1947), Chile (1947), Colombia (1947), Costa Rica (1947), Cuba (1947), Ecuador (1949), El Salvador (1947), Estados Unidos (1947), Guatemala (1947), Haití (1947), Honduras (1947), México (1947), Nicaragua (1948), Panamá (1947), Paraguay (1947), Perú (1947), República Dominicana (1947), Trinidad y Tobago (1949), Uruguay (1947) y Venezuela (1947).
Revisión
En abril de 1973, la Asamblea General de la OEA decidió iniciar un proceso de “examen, análisis y evaluación críticos de la concepción, instrumentos, estructura y funcionamiento del sistema Interamericano”. La revisión estuvo orientada por aspectos formales y procedimentales derivados del vacío legal ocasionado por el hecho de que el TIAR fue acordado antes de la Carta de la OEA, que es su marco referencial, especialmente porque la concepción del tratado supone una gran debilidad frente a una situación extracontinental. Esa revisión se realizó en la Conferencia de San José de Costa Rica, en 1975, que creó la Comisión General de la Conferencia de Plenipotenciarios para la Reforma del Tratado. El protocolo de reformas fue ratificado solamente por 7 de los 23 Estados participantes y no entró en vigencia.
El TIAR se aplicó en veinte oportunidades, siendo la última en 2001 debido al ataque a las torres gemelas en los Estados Unidos. Ese hecho volvió a actualizar las discusiones acerca de aquello que el tratado define como agresión (centrada en acciones entre Estados), sobre la eficacia del sistema interamericano de seguridad, tal como está conformado, y sobre las nuevas características de las amenazas que se deben afrontar en la actualidad, especialmente concebidas como terrorismo.
Conteúdo atualizado em 11/05/2017 17:20