El gobernador de São Paulo visita el sitio para conocer el proyecto piloto del RCGI-USP, pionero a nivel mundial y con potencial para impulsar la energía sostenible en Brasil.
São Paulo, 19 de febrero de 2025 – La Universidad de São Paulo (USP) está llevando a cabo pruebas en la primera estación experimental del mundo dedicada a la producción de hidrógeno renovable a partir de etanol. El proyecto, liderado por el Centro de Investigación para la Innovación en Gases de Efecto Invernadero (RCGI) de la universidad, marca un hito en la búsqueda de soluciones energéticas limpias y en la transición hacia una economía baja en carbono.
Con una inversión de R$ 50 millones, la estación está ubicada en la Ciudad Universitaria de São Paulo y forma parte de un proyecto de Investigación y Desarrollo en colaboración con importantes empresas e instituciones, como Shell Brasil, Raízen, Hytron (ahora parte del Grupo Neuman & Esser), SENAI CETIQT y la propia USP a través del RCGI, además de Toyota, Hyundai, Marcopolo y la Empresa Metropolitana de Transportes Urbanos de São Paulo (EMTU). La tecnología desarrollada busca demostrar la viabilidad del etanol como vector para la producción de hidrógeno sostenible, aprovechando la infraestructura ya existente en el país.
Capacidad y aplicaciones
La planta piloto tiene capacidad para producir 100 kilogramos de hidrógeno por día, volumen que se utilizará para abastecer tres autobuses y dos vehículos ligeros, entre otros. El hidrógeno generado será probado en autobuses del transporte público de la USP y en los vehículos Toyota Mirai y Hyundai Nexo, ambos impulsados por hidrógeno.
En esta etapa, se evaluarán la tasa de conversión del etanol en hidrógeno, así como los índices de consumo y rendimiento del combustible en los vehículos. «Estamos impulsando una revolución en la matriz energética al demostrar que es posible producir hidrógeno sostenible a partir del etanol con gran eficiencia logística», explica Julio Meneghini, director científico del RCGI. «Brasil tiene condiciones únicas para este desarrollo, considerando nuestra infraestructura ya consolidada para el etanol. Esto abre posibilidades para la descarbonización de industrias con altas emisiones, como la siderúrgica y la cementera, además de los sectores químico y petroquímico, la producción de fertilizantes y el transporte de carga y pasajeros a gran escala.»

La producción de hidrógeno en esta planta piloto se realiza mediante la reforma con vapor del etanol, un proceso químico en el que el etanol reacciona con agua a altas temperaturas, liberando hidrógeno. Este método destaca por su eficiencia y su capacidad para reducir las emisiones de carbono, ya que el CO₂ liberado en el proceso es biogénico, lo que significa que puede ser compensado dentro del ciclo de cultivo de la caña de azúcar.
Impacto en la industria y la movilidad
La instalación de esta estación experimental abre el camino para el desarrollo de la movilidad sostenible. Fabricantes de aviones y empresas de camiones y autobuses pueden beneficiarse directamente de la iniciativa, ya que tendrán acceso a una fuente de hidrógeno importante y sostenible para el desarrollo de tecnologías basadas en celdas de combustible.
«El impulso de esta tecnología puede traer enormes beneficios para la industria brasileña. La disponibilidad de hidrógeno a gran escala es fundamental para permitir avances en diversas áreas, desde la movilidad hasta la producción de fertilizantes sostenibles», destaca Meneghini.
Perspectivas
A partir de los resultados de este proyecto de Investigación y Desarrollo, se espera obtener datos que orienten estudios futuros sobre su aplicación a mayor escala. «Nuestro objetivo es demostrar el potencial de esta solución y generar conocimiento técnico-científico sobre su viabilidad, aprovechando la infraestructura del etanol para hacer viable la producción y distribución del hidrógeno renovable», explica Meneghini.
El rector de la USP, Carlos Gilberto Carlotti Junior, también celebró el avance de las pruebas y resaltó la relevancia del proyecto: «El papel de las universidades es desarrollar tecnologías que aún no existen para permitir que Brasil realice una transición energética y pueda posicionarse como un país de primer nivel. Si logramos ofrecer una energía más barata y con menor huella de carbono, sin duda seremos líderes mundiales. Para ello, es fundamental que la universidad genere conocimiento y que las empresas confíen e inviertan en la industrialización de estas ideas. Grandes avances tecnológicos han surgido de esta manera: con la investigación académica transformándose en innovación para la sociedad.»
El gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, destacó la importancia de la iniciativa para la economía del estado y su potencial de expansión durante su visita a la planta el 19 de febrero:
«El Centro de Investigación para la Innovación en Gases de Efecto Invernadero de la Universidad de São Paulo es una de las fuerzas que permiten que nuestro estado lidere la transición energética en Brasil: la investigación científica. Además, contamos con disponibilidad hídrica, la mejor infraestructura del país y una mano de obra calificada, lo que nos acredita como socios clave en la producción de energía limpia y renovable para otros estados y también para el mercado internacional. Estamos aprovechando el potencial de la caña de azúcar para desarrollar soluciones que transformarán e impactarán industrias enteras, como el transporte.»
El avance de la planta experimental de la USP representa un paso significativo para la producción de hidrógeno sostenible en Brasil. Meneghini prevé que «esta tecnología contribuirá a consolidar al país como uno de los líderes mundiales en la producción de energía limpia, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles e impulsando diversos sectores económicos de manera sostenible.»
Sobre el RCGI
El Centro de Investigación para la Innovación en Gases de Efecto Invernadero (RCGI) de la USP es un Centro de Investigación en Ingeniería, creado en 2015, con financiamiento de la FAPESP y de empresas a través de los recursos previstos en la cláusula de I+D+i de los contratos de exploración y producción de petróleo y gas. Actualmente, cuenta con aproximadamente 60 proyectos de investigación activos (de un total histórico de 110), distribuidos en ocho programas:
Soluciones Basadas en la Naturaleza (NBS – Nature-Based Solutions)
Captura y Utilización de Carbono (CCU – Carbon Capture and Utilization)
Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS – Bioenergy with Carbon Capture and Storage)
Gases de Efecto Invernadero (GHG – Greenhouse Gases)
Advocacy
Núcleo de Innovación en Sistemas de Energía (InnovaPower)
Descarbonización
Centro a Centro (colaboraciones con centros de investigación en Estados Unidos)
Recientemente, el RCGI lanzó un nuevo hub de investigación, GeoStorage, dedicado al almacenamiento a gran escala de energía y CO₂. Con aproximadamente 600 investigadores, el RCGI también mantiene colaboraciones con diversas instituciones de prestigio, como Oxford, Imperial College, Princeton y el National Renewable Energy Laboratory (NREL).